EL PELIGRO DEL ENGAÑO: ¿CÓMO EVITARLO?
06.05.2025

Base Bíblica: Mateo 7:21-23; 1 Timoteo 4.1-3; Tito 3:9
Introducción:
La Biblia nos advierte constantemente sobre el peligro del engaño. No es una amenaza abstracta o lejana, sino una realidad presente que afecta a individuos y a iglesias enteras. Mientras vivimos en un mundo saturado de información, donde la verdad se mezcla con la falsedad, es esencial desarrollar una capacidad aguda para discernir entre ambos. Este sermón explorará, de manera expositiva, las Escrituras que nos enseñan a identificar y a evitar el engaño.
I. El Engaño: Una Realidad Bíblica (Mateo 7:15-20):
Nuestro texto principal, Mateo 7:15-20, nos presenta una imagen impactante: "Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces”. Jesús no habla de un peligro hipotético, sino de una amenaza real y constante en la vida de sus seguidores. Estos "lobos rapaces" se presentan con una apariencia engañosa, imitando la apariencia externa de la verdad, pero por dentro albergan intenciones destructivas. Su objetivo es desviar a los creyentes de la auténtica fe.
Aplicación: Debemos aprender a mirar más allá de la apariencia. Un mensaje que “suena bien”, una enseñanza popular, no es automáticamente garantía de verdad. Debemos examinarlo cuidadosamente a la luz de las Escrituras.
II. Características del Engaño (2 Corintios 11:13-15):
Pablo, en 2 Corintios 11:13-15, describe a los falsos apóstoles como “ministros de Satanás”. Nos advierte sobre las estrategias engañosas que emplean:
- Transformación (v.13-14): Disfrazan sus intenciones, adoptando la apariencia de ministros de justicia. Son maestros expertos en manipulación y en la distorsión de la verdad.
- Trampa (v. 15): Su objetivo es capturar almas para Satanás a través de astucia y engaño.
Aplicación: Debemos permanecer vigilantes ante cualquier enseñanza que: 1) contradiga la enseñanza central del Evangelio; 2) se base en experiencias subjetivas o en revelación privada, sin fundamento en las Escrituras; 3) exalte al líder o ministerio por encima de la Palabra de Dios; 4) promueva acciones que vayan contra la ética cristiana, la justicia y la compasión.
III. Cómo Defenderse del Engaño (1 Juan 4:1):
La respuesta al engaño no es el miedo ni el cinismo, sino el discernimiento espiritual. 1 Juan 4:1 nos ordena: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.” Probar los espíritus no significa desestimar todo lo que no entendemos, sino investigar de manera cuidadosa y espiritual.
Aplicación práctica:
- Orar por discernimiento: Pedir al Espíritu Santo que ilumine nuestra mente y nuestro corazón.
- Examinar a la luz de la Escritura: Someter cualquier enseñanza o mensaje a la prueba de las Escrituras. ¿Es consistente con el conjunto de la enseñanza bíblica?
- Buscar consejo de líderes maduros: Consultar con pastores u otros creyentes maduros en la fe para tener una perspectiva objetiva.
- Observar el fruto: ¿Produce la enseñanza o el ministerio buenos frutos (Gálatas 5:22-23)? ¿Promueve la santidad, la humildad, el amor y el servicio?
IV. La Consecuencia de Aceptar el Engaño (Mateo 7:21-23):
La advertencia de Jesús culmina con una aterradora realidad: muchos dirán: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?". Pero su respuesta es drástica: "Apártanse de mí, hacedores de maldad". Las obras por sí solas no garantizan la salvación si no están enraizadas en la obediencia a la verdad de Dios. Un “cristianismo” basado en experiencias o éxito sin una base firme en la Palabra es en realidad falso.
Conclusión:
El engaño no es un tema para ignorar, sino un peligro real que requiere vigilancia constante. Tenemos las herramientas espirituales para discernir y protegernos. Aprendamos a conocer la Palabra, a orar por discernimiento, a buscar consejo sabio y a evaluar toda enseñanza a la luz de las Escrituras. Sólo así evitaremos caer en las trampas del enemigo y caminaremos seguros en el sendero de la verdad. "Señor, danos discernimiento para distinguir la verdad de la mentira. Amén".